martes, 8 de marzo de 2011

"El poder del perro" de Don Winslow, el infierno está aquí...

Decíamos ayer...
Este es un libro muy duro, no apto para estómagos sensibles, ni para aquellos que prefieren no enterarse de por qué pasan ciertas cosas.
Es un libro donde se difuminan las fronteras entre buenos y malos, aquí cada personaje es capaz de lo mejor y lo peor, aunque, obviamente, abunda lo malo, sino no sería un bonito fresco sobre el infierno en la tierra.
Esta novela trata sobre el narcotráfico en México, en Estados Unidos, Colombia, entre otros países. Aunque también toca la lucha contra el comunismo en Sudamérica y cómo tratan los estadounidenses de ponerle cerco. Sus métodos: matanza de campesinos, financiación de narcos para que los maten ellos en su nombre, financiación de guerrillas ultraderechistas, asesinatos de candidatos "no aptos"... en esto está metido hasta el Papa (no es broma).
No es fácil señalar quién es el protagonista, ya que hay varios que se disputan ese "honor", entre ellos Art Keller, un agente de la DEA con un pasado más que oscuro y que lucha tanto contra los jefes de los narcos (la familia Barrera) como contra sus propios jefes, que están detrás de tantas perrerías que da asco. Y lo peor es que todo es cierto, o lo parece.
Por otro lado, en el bando de "los malos", tenemos a los Barrera, el Tío, Raúl y Adán, todos fascinantes a su manera, y a los mafiosos italianos e irlandeses, destacando entre estos últimos Sean Callan que, sin ser uno de los personajes que más salen, es uno de mis favoritos, ya que es muy consciente de ser un arma utilizada por otros y se desprecia por ello.
Entre el bien y el mal, tenemos a Nora Hayden, una prostituta de lujo, que será el desencadentante de un final bastante convencional, pero que se agradece, por una vez, ya que es una novela tan dura que algo de felicidad, por ténue que sea, es bienvenida.

Sería absurdo de hablar del argumento, ya que pasan tantas cosas, tantos pequeños episodios, tantas minitramas entremezcladas, que no se puede resumir en unas pocas líneas. Baste decir que es fascinante y está bañada en sangre.

Debo comentar, a mi pesar, que la edición podía haber estado más cuidada, al menos la de bolsillo, que es la que yo he leído. Hay fallos empezando por la contraportada, donde se mezcla tanto argumento como nombres de personajes, como si el que la hubiera escrito no se hubiera molestado en leer la novela antes. Además, dentro de la novela hay bastantes (los suficientes como para ser molestos y darse cuenta, porque uno sólo no llamaría la atención), hay frases que no se entienden porque faltan o sobran palabras, y eso es imperdonable, o al menos a mí me lo parece.
También debo decir que la "traducción made in México" choca demasiado en algunas partes de la novela, porque no está mal que los méxicanos hablen así, ¿pero los italianos, irlandeses o estadounidenses?
Reconozco que estas cosas me sublevan, pero no puedo evitar que me molesten. Soy una una "lectora constante" y como tal exijo la excelencia.

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