lunes, 19 de julio de 2010

"Paraíso inhabitado" de Ana María Matute, elogio de la infancia




Decíamos ayer...
Un libro que empieza con la siguiente frase, ya promete: "Nací cuando mis padres ya no se querían".
Adriana, ya adulta, quizás anciana, nos cuenta cómo fue su niñez en la España de antes de la Guerra Civil, en una casa donde era ignorada por todo el mundo excepto por sus tatas y se tenía que bastar sola, con su desbordante imaginación.
Un padre ausente, una madre amargada por la separación, una hermana mayor adolescente y unos hermanos que partirán más tarde a estudiar... a Adriana sólo le quedará el refugio de su imaginación y de los libros y los cuentos, de los paseos nocturnos, de los escondites secretos, para huír de esa vida en la que no es más que una sombra en su casa.
Hasta que conoce a un vecino, hijo de la nada recomendable amante de un conde, bailarina rusa nada menos, que se convertirá en su alma gemela, tanto en sentimientos como en aficiones.
Siempre con la colaboración de los criados, ignorados, quizás olvidados por sus familiares, los dos niños crearán un universo propio a su alrededor, lleno de magia, libros y una cierta aura oscura... un poco a lo Catherine y Heathcliff en "Cumbres Borrascosas"..., casualmente la novela favorita de la autora y la mía, aunque esto se me acaba de ocurrir, no sé si era su intención o solo es mi impresión.
Una novela muy hermosa, llena de amor a los libros y a los cuentos clásicos, engancha como todas las novelas de esta dama adorable. La verdad es que sabe a poco y la historia podría seguir, ya que permanece como inacabada, quizás en un punto y aparte.

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